Actualizado 17 de julio 2023
Los seres humanos somos organismos multicelulares. Estamos construidos a partir de muchas células. Cuando estas células se agrupan, logran fabricar tejidos, que tienen una función específica. Los tejidos unidos construyen órganos, los cuales tienen una actividad en el cuerpo única. Por ejemplo, el estómago digiere comida. Cuando varios órganos se juntan, conforman sistemas, que tienen una tarea en común. Siguiendo el ejemplo del estómago, éste pertenece al sistema digestivo, donde el intestino, el hígado, el páncreas y la boca también son parte. De entre todos los sistemas que hay en el cuerpo, ninguno es más complejo que el sistema nervioso. Este sistema, se puede decir, controla todo en el organismo, desde mover un dedo hasta respirar o incluso andar en bicicleta. No solamente es el sistema que controla a los demás sistemas, sino es una maravilla que nos permite interactuar con nuestro medio a través de sentir, saborear, ver, escuchar, recordar, soñar; todo es posible gracias a este sistema sin igual. El 22 de julio marca el Día Mundial del Cerebro (instaurado por la Federación Mundial de Neurología en 2014 (WFN por sus siglas en inglés)), el órgano de los órganos, la realeza del sistema nervioso central y, posiblemente, una de las maquinarias más complejas del mundo. Para celebrar al cerebro y al sistema nervioso central, veamos 30 datos curiosos sobre el cerebro y su sistema.
El sistema nervioso central está constituido por 100 mil millones de neuronas. En comparación, ese es el número de estrellas que existen en la Vía Láctea.
Para construir un organismo existen 3 bloques de construcción, los carbohidratos, las proteínas y las grasas. El cerebro está en su mayoría constituido por grasa, ya que 60% del órgano está conformado con este bloque de construcción.
El cerebro es el órgano más demandante en energía, pues consume el 20% de toda la energía del cuerpo. La energía se usa para que las neuronas se comuniquen.
Las neuronas tienen a sus propias niñeras, unas células llamadas astrocitos. Estas células siempre están cuidando de las neuronas hasta el punto de alimentarlas a través de la generación de lactato, con el propósito de crear energía para sobrevivir.
El cerebro se puede dividir en tres grandes componentes. El encéfalo, el tallo cerebral y el cerebelo. Así mismo, el encéfalo se divide en lóbulos frontal, parietal, temporal y occipital.
Las neuronas son un conjunto de cables que permiten la comunicación del sistema nervioso.
Cada lóbulo tiene sus propias tareas. El lóbulo frontal se encarga de planificar los movimientos y del juicio. El lóbulo parietal es el que recibe impulsos sensitivos, por él sentimos. El lóbulo occipital se encarga de que veamos, los ojos conectan con este lóbulo. Finalmente, el lóbulo temporal guarda la memoria y es el encargado de los sentidos del gusto, olfato y audición.
La coordinación de todo el cuerpo no es algo fácil. El 80% de todas las neuronas del cerebro están empacadas densamente en el cerebelo. Este órgano utiliza todas estas neuronas para coordinar los movimientos que realizamos.
El término decusación se refiere a que los nervios están cruzados. Los nervios motores, los que controlan los músculos, están cruzados. El cerebro izquierdo controla el lado derecho y el cerebro derecho, el lado izquierdo.
Los amigos imaginarios nos acompañan en la infancia. En la medicina se clasifican dos tipos de amigos imaginarios: los invisibles y los objetos personificados.
Los amigos imaginarios no son tan comunes como pensaríamos, ya que sólo el 50% de las personas tuvieron amigos imaginarios de niños o al menos, solamente la mitad los recuerda.
No hay tantos amigos imaginarios como podríamos creer.
La visión y la audición son los principales sentidos que usa el humano para funcionar. No obstante, el sentido que genera las memorias más vívidas es el olfato e incluso tiene nombre, se llama el fenómeno de Proust.
La mayoría de las memorias evocadas por el olfato son creadas en la primera década de la vida. Posteriormente, las memorias suelen ser evocadas por estímulos verbales, por lo tanto, nuestras memorias más antiguas son olfativas.
La sinapsis se define como espacios increíblemente pequeños entre neuronas y sirven para comunicar información. Cuando creas una nueva memoria se forma una nueva sinapsis.
Olvidar no es algo tan raro. Después de escuchar nueva información, en una hora, el 50% ya se olvidó. Solamente el 20% de la información termina siendo recordable.
Las memorias se pueden borrar o consolidar. Mientras más se use una memoria, más fuerte termina siendo la sinapsis (la conexión) entre neuronas. Mientras menos se utilice, más débil será la conexión. Si una memoria se deja de utilizar, eventualmente termina borrándose. Este fenómeno se llama plasticidad sináptica.
Aunque el cerebro puede recordar una cantidad brutal de información, el 80% se pierde rápidamente.
El cerebro triplica su tamaño en el primer año de vida y comienza a atrofiarse (a hacerse pequeño) a partir de la edad media.
Cuando comemos helado y nos provoca dolor de cabeza, no es un dolor del cerebro, ya que el cerebro no puede sentir dolor. En realidad, se trata de un dolor causado por la vasoconstricción de las arterias de la cabeza.
El dolor por consumir helado únicamente se puede sentir si estamos en un clima cálido y se muerde algo frío. Si nos encontramos en un lugar frío, al no haber un gran cambio de temperatura en el cuerpo, las arterias no se constriñen, por lo que no puede haber dolor.
La respiración es controlada por el tallo cerebral, una de las estructuras más primitivas del cerebro.
Para no ahogarnos necesitamos oxígeno, que es lo que respiramos. Las células usan el oxígeno para generar energía, pero el cerebro no es capaz de detectar si hay oxígeno en el cuerpo. En su lugar, el cerebro detecta si hay demasiado dióxido de carbono. Cuando hay altos niveles, genera ese sentimiento de malestar que fuerza a respirar.
El dolor de cabeza por consumir algo frío ocurre cuando los vasos sanguíneos se constriñen y la presión aumenta en la cabeza.
El cerebro está dividido en muchas áreas. El área de broca, en el lóbulo frontal, permite gesticular y que usemos el lenguaje, y el área de Wernicke, en el lóbulo temporal, se encarga de que entendamos el lenguaje.
Los sueños son en sí una maravilla. La capacidad del cerebro de crear historias es increíble. Lo que puede sorprender aún más, es que los sueños evolucionan con la edad. Los niños de 2 a 5 años tienen sueños estáticos y planos, sin personajes ni interacciones. Esto ocurre porque los niños de poca edad no tienen consolidada la memoria episódica, por lo que su cerebro no puede llenar los sueños de personajes e interacciones.
Podríamos pensar que los niños sueñan más que los adultos, pero no es así. Un estudio encontró que solamente 20% de los niños menores de 7 años sueñan, mientras que el 80% de los adultos reporta soñar.
Las personas con prosopagnosia son incapaces de reconocer caras. Esto sucede por un daño al giro fusiforme, que es una parte del cerebro que conecta el lóbulo temporal encargado de la memoria con el lóbulo occipital que se encarga de la visión. Increíblemente, estas personas no pueden soñar con personajes con rostros.
¿Alguna vez te ha pasado que escuchas algo, pero no hay nadie ni nada? Eso podría ser una alucinación. Las alucinaciones ocurren cuando hay una sobreestimulación del área de Wernicke, lo que causa que escuchemos cosas que en realidad no están ahí.
Los adultos soñamos más que los niños por tener más memorias y más desarrollado el cerebro.
¿Alguna vez te has mareado? Aunque no lo creas, el balance se encuentra en el oído. El nervio vestibular conecta con dos órganos llamados sáculo y utrículo, que le dicen al cerebro dónde está la cabeza en todo momento. Muchas veces el mareo es producido por estímulos contradictorios entre ojos y oídos.
La velocidad de los nervios es impresionante. Diferentes nervios transmiten información a diferentes velocidades, pero el cálculo que se tiene sobre la velocidad que usan los nervios es de cerca de 400 kilómetros por hora. En comparación, un tren bala viaja a 320 kilómetros por hora.
El amor no es más que una sopa de neurotransmisores y hormonas, pero cada combinación de estas moléculas se genera en diferentes etapas del amor. La lujuria o deseo sexual son causados por las hormonas testosterona y estrógeno, las cuales actúan en la amígdala, una parte muy primitiva del cerebro. Por otro lado, el apego se rige por oxitocina y vasopresina al actuar en la región de ganglios basales, una zona mucho más nueva, evolutivamente hablando, del cerebro.
El amor causa que el cerebro genere dopamina, que es el neurotransmisor que rige nuestro sistema de recompensa, por lo que es similar a una droga. El amor puede ser tan poderoso, que hace que las áreas del cerebro que se encargan del miedo, la tristeza y el juicio, se apaguen.
Tal vez, en alguna ocasión, escuchaste que el cerebro únicamente puede poner entre 15 y 20 minutos de atención. Esto está basado en un solo estudio que ni siquiera trataba sobre la atención, sino sobre cuánto tiempo los alumnos tomaban notas en clases de universidad. El estudio concluyó que la mayoría de los estudiantes tomaba notas en los primeros 15 minutos, pero después dejaban de hacerlo.
El cerebro produce el sentimiento de amor y dependiendo de las moléculas que forme, será el tipo de amor que sientas.
Referencias
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