Revisado 19 de diciembre del 2022
Se va noviembre y llega el último mes del año, diciembre. ¿Qué esconde diciembre? Nada más y nada menos que la navidad, temporada de dar, recibir y comer un montón. El mes de la navidad es un mes de transgresiones en la dieta, con el 24 de diciembre como el día de mayor ingesta calórica, aunque tal vez pueda competir con año nuevo. Y es que quién se puede resistir a todas las tentaciones que trae la navidad. El ambiente se llena con el aroma de ponche de frutas, pavo y pierna al horno, romeritos, chocolates, galletas de jengibre, tamales, bacalao, pozole, puré de papa, ensalada de manzana, churros, buñuelos, nueces, atole y toda la demás comida que se asoma en la mesa durante la cena de navidad. Seguro de sólo leer la lista de platillos típicos navideños, se te ha hecho agua la boca. Sin embargo, todas esas delicias vienen con un alto precio, no sólo en todo el dinero que una persona gasta para preparar esa sublime cena sino en todas las calorías que nosotras terminamos devorando en una sola sentada a la mesa. En el periodo de las fiestas, que, por si no sabes, la ciencia decidió que es el periodo correspondiente a la última semana de noviembre y hasta la primera semana de enero, una persona gana en promedio 1 kilo de peso. La navidad es todo un problema con el peso, así que descubramos más sobre la obesidad, la ganancia de peso y la navidad.
La obesidad es uno de los grandes problemas, no sólo de salud pública, sino de salud global; se calcula que esta enfermedad afecta a 500 millones de personas en el mundo. México ha sido uno de los países más azotados por la epidemia de la obesidad en los últimos 30 años. Para poner en perspectiva, 36% de la población adulta en México tiene obesidad. Dirás: “Bueno, es bastante, pero no es tan malo”. No obstante, lo que tienes que considerar es la escala BMI (Body Mass Index) o índice de masa corporal. En el BMI se distinguen las categorías de bajo peso, peso normal, sobrepeso y obesidad. La sorpresa es que entre sobrepeso y obesidad cae casi toda la población mexicana, ya que se encontró que sólo 23% de sus habitantes tienen peso normal. Por otro lado, casi el 82% de la población de nuestro país tiene obesidad central, que es el término científico para panzita o lonja. La obesidad trae consigo una extensa gama de problemas, puesto que es todo un factor de riesgo para desarrollar un gran número de enfermedades. La obesidad es muchas veces la causa de diabetes mellitus 2 y enfermedades cardiovasculares, las cuales son las principales causas de muerte en México. Como podrás ver, la obesidad es un problema gordo.
La obesidad, como ya vimos, es un problema que afecta a millones de personas y es especialmente problemática en México, pero así, a ciencia cierta, ¿qué es la obesidad? La obesidad es la disfunción de todo un grupo de células, el denominado tejido graso, que está compuesto de unas células llamadas adipocitos. El trabajo de los adipocitos parece simple, guardar energía en forma de grasa para que después se pueda usar. En papel, esto suena a que está muy bien, pero el humano ya no necesita guardar tanta grasa porque con los supermercados y las facilidades de hoy en día, cualquiera puede comer demás. No obstante, un adipocito, además de guardar grasa, hace mucho más. Tal como puede guardar grasa, el adipocito puede deshacerse de ella en un proceso llamado lipólisis. Éste es un proceso donde la grasa se usa para el metabolismo, principalmente durante el ayuno y el ejercicio; aunque también el frío puede iniciar el proceso de lipólisis. Otra de sus tareas es funcionar como un tejido endocrino (el sistema endocrino son todos los órganos que producen hormonas), ya que los adipocitos producen dos hormonas importantes, la leptina y la adiponectina. La leptina hace que baje el hambre, esta hormona le dice al cerebro: “Ya es suficiente, para”, es un sistema de protección para que una persona no coma de más. En teoría, mientras más tejido adiposo, más leptina se produce. La adiponectina es otra hormona que producen los adipocitos y hace que las células sean sensibles a la insulina, por lo que protege contra la diabetes. En la obesidad los adipocitos se vuelven anormales y dejan de realizar bien sus tareas. Hacen menos lipólisis, por lo que acumulan más y más grasa. Aunque producen más leptina, el cerebro deja de responder a ella, por lo que el hambre se vuelve constante, aun con las reservas de energía llenas. La adiponectina también deja de producirse y tiene como consecuencia la pérdida de sensibilidad a la insulina, lo que conlleva al desarrollo de la diabetes tipo 2. Finalmente, el adipocito empieza a funcionar como un centro inflamatorio, el cual causa inflamación por todo el cuerpo.
Esta imagen no es navideña, pero es para que conozcas a esos canijos adipocitos que tantos disgustos nos causan. Cada círculo blanco es un adipocito o célula de la grasa. Se ve blanco porque en el microscopio la grasa se percibe en color blanco. Los puntos en morado oscuro son los núcleos de las células. Estos adipocitos sin duda disfrutan de la navidad.
La navidad es la festividad del adipocito comelón porque las cenas navideñas y la temporada de fiestas es un momento de calorías excesivas, y la verdad, como es navidad y es tiempo de celebrar, no consideramos las calorías que consumimos. Nadie quiere celebrar la navidad con una triste ensalada. Wren Kitchens, una empresa que se dedica a la producción de cocinas en Inglaterra, tuvo la interesante idea de hacer una pequeña encuesta y descubrió que al 75% de las personas que respondieron les deja de importar el consumo de calorías en diciembre. También descubrieron que la gran cantidad de 60% de la población encuestada, consideraba a la navidad como una tarjeta de “salida de cárcel” (como en el juego de monopoly) para librarse de la dieta y poder comer sin parar. Una mujer necesita alrededor de 1600 calorías por día y un hombre 1800 calorías por día; si tomas lo recomendado en todas las etiquetas nutricionales son 2000 calorías por día. ¡En una cena de navidad se calcula que una persona ingiere cerca de 6 mil calorías! Eso es comer en una sola cena, 3 días de calorías; desayuno, comida, cena y colaciones de tres días en un par de horas. Para lograr quemar todas esas calorías, la Universidad de Loughborough calculó que para 3 mil calorías se deben caminar 12 horas, así que si eso lo doblamos para las 6 mil calorías, tendríamos que caminar un día entero sin parar.
¿Cómo se dividen las calorías en una cena de navidad? Pues gracias al Centro Médico ABC tenemos un aproximado. El ABC dio a conocer una lista con las calorías de varios platillos que seguro aparecen en nuestra mesa durante la cena de navidad (y busqué algunos más para tu lista de calorías).
El pavo relleno contiene 500 calorías en una porción de 120 gramos.
El lomo ahumado contiene 344 calorías en 120 gramos.
La pierna adobada tiene 375 calorías en una cantidad de 120 gramos también.
Una taza de spaguetti contiene 200 calorías.
Los romeritos aportan 450 calorías en tan sólo 40 gramos.
Una tortita de camarón tiene 450 calorías.
Una taza de ponche de frutas tiene 180 calorías.
Una Coca Cola de 600 ml contiene 76 calorías.
Una cerveza promedio tiene 42 calorías por cada 100 ml.
Una cerveza regular tiene 153 calorías por cada 355 ml.
El vino seco aporta 100 calorías por cada 150 ml.
El ron contiene 139 calorías por cada 60 ml.
El vodka tiene igualmente 139 calorías por cada 60 ml.
El whiskey aporta 138 calorías por cada 55 ml.
Una taza de ensalada de manzana suma 360 calorías.
Un chocolate tiene 80 calorías.
Un tamal trae 284 calorías.
El Bacalao da 124 calorías por 100 gramos.
356 calorías por 100 gramos de galletas de jengibre.
El puré de papa en promedio incluye 88 calorías por 100 gramos.
Una taza de atole te daría 210 calorías.
30 gramos de churro implica 103 calorías.
Como habrás visto, la navidad es un problema para nuestra epidemia de obesidad, ya que en una cena las personas pueden comer la cantidad de energía de 3 días. Ahora piensa que eso sólo fue la cena de navidad. Quedan recalentados, año nuevo y reyes magos, posadas y reuniones. Sin duda, el periodo de fiestas es una bomba calórica. Así que para mantener a tus adipocitos contentos y funcionales y evitar la obesidad, es hora de ponerse a caminar porque para una sola cena, hay que caminar 24 horas para quemar tanta energía extra.
Referencias
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