Revisado 27 de octubre 2022
Con el fin de septiembre comienza el otoño, las hojas de los árboles empiezan a caer y en un abrir y cerrar de ojos llega octubre, y tal vez no lo veas, pero todo se empieza a pintar de rosa. Anuncios rosas, las páginas web del gobierno posiblemente aparezcan en color rosa, los carteles en los hospitales también están en un bello rosa pastel. Activistas con un pequeño moño rosa juntando donaciones y entregando a cambio un pequeño listón rosa y una sonrisa, no podemos escuchar colores, pero hasta la radio se pone rosa al hablar sobre el tema del mes de octubre; sobre el cáncer de mama. Para algunas mujeres puede ser abrumador, un recuerdo de la batalla que tienen que pelear o que ya pelearon. Para otras tantas, un triste recuerdo, y para algunas más, una red que las salva gracias a la prevención y diagnóstico temprano. El cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres en México. Se calcula que una de cada ocho va a padecerlo. El mes de octubre tiene la importancia de apoyar la prevención, difusión y tratamiento del cáncer de mama. Para aumentar la difusión y el conocimiento sobre esta enfermedad veamos qué quieren los expertos que sepas respecto al cáncer de mama.
Tu historia familiar no es una sentencia
La mayoría de los cánceres de mama se diagnostican en mujeres sin una historia familiar de cáncer de mama. Si bien es cierto que existen variantes genéticas que predisponen al cáncer de mama, tales como BRCA 1 y BRCA 2, dos genes altamente asociados a este padecimiento, éstos sólo forman del 10 al 12% de los casos. Así que aunque exista un familiar con cáncer de mama en tu familia, no significa que estés condenada a padecer este mal. Sin embargo, siempre conviene decirle a tu médico si alguien en tu familia tuvo este cáncer, dado que es importante para tu historia clínica.
Una prueba genética puede ayudarte a prevenir
Aunque un solo familiar no es motivo para encender todas las alarmas, tener muchos familiares con historia de cáncer, sobre todo cáncer de mama, es motivo para prevenir y cuidarte. Alrededor del 12% de todos los cánceres de mama son heredables, lo que significa que si tu mamá lo tuvo hay una gran posibilidad de que tú lo vayas a tener, ya que parte de tus genes los compartes con ella. Los genes culpables son BRCA1, que ocasiona el 52% de los cánceres de mama heredables, seguido de BRCA2 que ocasiona 32%; juntos, estos dos genes son la causa del 85% de los cánceres de mama heredables. Otros genes relevantes son TP53 y CHEK2. Para prevenir, puedes realizarte una prueba genética como las que hace TrueOnco por Nanolab. Esta prueba puede ayudarte a identificar estos genes a través de la secuenciación de tu ADN. El laboratorio leerá tus genes e identificará los genes malos. De esta forma Nanolab genera un informe para que tu médico te guíe para tomar el mejor curso de acción respecto a prevención y tratamientos. Así que una prueba genética puede ayudarte a prevenir, ya que puedes identificar los genes defectuosos con potencial para causar cáncer de mama e incluso otros tipos de cáncer. Un cáncer que se detecta de manera temprana, es un cáncer mucho más fácil de tratar.
La Sociedad Americana contra el Cáncer ya no recomienda la autoexploración de mama pero si la “Conciencia de la mama”
Por mucho tiempo la autoexploración fue una de las bases para la detección temprana del cáncer de mama, pero hoy la Sociedad Americana contra el Cáncer ya no la recomienda. Esto fue porque los estudios señalan que la autoexploración no ayuda a reducir la muerte por cáncer de mama. En su lugar, recomienda la autoconciencia de la mama. Esto significa que debemos conocer nuestras mamas, cómo se ven, cómo se sienten, y si detectamos un cambio que no estaba allí entre nuestras mamografías, acudamos inmediatamente al médico. Cabe mencionar que las autoridades sanitarias de México aún recomiendan la autoexploración.
La mamografía o mastografía es tu mejor aliada con relación a la prevención y detección temprana
Mamografía y mastografía son el mismo procedimiento médico. La mamografía utiliza tecnología de rayos X para ver cómo se encuentra el interior de la mama. Este aparato tiene la capacidad de detectar calcificaciones que son comunes en el cáncer de mama. Una calcificación se verá blanca en lugar del gris habitual. Así mismo, puede detectar la presencia de masas, ya que éstas se ven mucho más densas que el tejido circundante. La Sociedad Americana contra el Cáncer recomienda que las mamografías se inicien a los 45 años, antes esta organización recomendaba empezar a los 40 años, pero encontró que no era lo más productivo. Así que ahora recomienda iniciar a los 45 años. No obstante, las mujeres de entre 40 y 45 años pueden iniciar mamografías si así lo desean, ya que no está contraindicado. La mamografía se debe realizar cada año y a partir de los 55 años, la mamografía se puede realizar cada 2 años.
Aquí vemos el resultado de una mastografía. A la izquierda un seno muy denso y a la derecha un seno con más grasa, ambos normales, pero se ven diferentes. Es más fácil detectar anomalías en un seno con más grasa que en uno con más tejido fibroso.
Descubre si tienes senos densos
Las mamas están compuestas por muchos tejidos, recuerda, varias células juntas forman un tejido y varios tejidos juntos forman un órgano. En el seno existe tejido endotelial para los vasos sanguíneos, tejido adiposo (grasita), tejido fibroso que es parte del tejido conectivo y tejido glandular que es el que se encarga de la producción de leche, al menos durante la lactancia. No te sorprenderá saber que cada mama es única y puede estar compuesta por más o menos de un tejido u otro. Las mamas con demasiado tejido fibroso y glandular son normales, no te asustes, pero en la mamografía son más difíciles de visualizar por tanto tejido fibroso y denso, el cual puede tapar y ocultar alguna masa. Por ello, se recomienda que si tienes senos densos también te realices un ultrasonido además de la mamografía. Obviamente, primero tienes que saber si tus senos son densos, por lo que le debes preguntar a tu médico o radiólogo para así poder planear tus ultrasonidos y conocerte mejor a ti misma.
No entres en pánico, no todas las masas son cáncer
Toda persona se asusta de encontrar una masa desconocida en su cuerpo. Obviamente, nosotras nos aterramos si esa masa está en nuestro seno, lo primero que viene a la cabeza es que se trata de un cáncer, pero hay que mantener la calma. Hay muchas alteraciones de la mama que pueden sentirse como una masa:
Quistes: Son dilataciones de las glándulas que terminan formando un quiste. Pueden tener calcificaciones, que si recuerdas están asociadas al cáncer, pero cuando se aspira el contenido (procedimiento que se utiliza para quitar el líquido de un quiste en el seno) todo vuelve a la normalidad. Esto es totalmente benigno.
Fibrosis: Esto es lo que ocurre si se rompe un quiste y se sale su contenido. El líquido que se contenía es muy proinflamatorio, así que cuando se vierte en el seno, éste crea una cicatriz. Esta cicatriz se puede sentir como una masa irregular y darnos un susto, pero es totalmente benigno. Tu patólogo al analizarlo te dirá que es fibrosis y que no te alarmes.
Hiperplasia epitelial: Suele ser un hallazgo incidental, pero igual puede dar un susto. Si ves las glándulas de la mama bajo el microscopio, verás un tubo con dos capas de células. En la hiperplasia epitelial lo que ocurre es que empiezan a presentarse demasiadas capas de células creando una masa irregular, pero benigna.
Lesión esclerosante radial: Esta es la patología que mayor susto nos puede provocar, porque se siente como una masa irregular y en la mamografía parece un cáncer invasivo. No obstante, a la hora de tomar una biopsia, el patólogo verá que se trata de una cicatriz que está formada de tejido conectivo que semeja la forma de un cáncer, pero es totalmente benigno.
No eres patóloga, pero igual te interesa ver una imagen. Esto es una lesión esclerosante radial. Ves todo lo rosa, eso es la cicatriz, es tejido fibroso. Ves los puntitos morados, esas son glándulas. Pues esta lesión es de las que más sustos mete porque en la mastografía parece un cáncer invasivo, pero en realidad es benigno.
Papilomas: Otro que puede darnos el espanto de la vida. Se trata de un crecimiento anormal de vasos sanguíneos y epitelio. El epitelio no es otra cosa que células que forman glándulas. Son benignos, igual que sus otros compañeros, pero no dejan de meter sustos, ya que pueden sangrar, causar secreciones y dolor, sentirse como una masa, y en la mamografía aparecen calcificados, que como bien recuerdas, la calcificación es alerta de cáncer. Sin embargo, tu patólogo te dará calma cuando te diga que es sólo un papiloma y no un cáncer.
Fibroadenoma: Es un tumor y eso espanta, pero es benigno. Es común en las mujeres jóvenes. El fibroadenoma es, en realidad, un tumor del tejido conectivo y no de la glándula mamaria. Igual puede llegar a meter un susto, pero tranquila son inofensivos.
Tumor Filoide: Su nombre puede no ser el más bello, todas escuchamos el nombre tumor y se nos baja la presión, pero el tumor filoide es benigno. Es como el fibroadenoma, pero en las mujeres que tienen más edad, aparece en las mujeres que andan rondando la sexta y la séptima década de vida.
Conoce los factores de riesgo para el desarrollo de cáncer de mama
Un factor de riesgo es aquel que aumenta nuestra probabilidad de desarrollar una enfermedad determinada. En el caso del cáncer de mama hay varios factores de riesgo, algunos los podemos cambiar y otros no. Sin importar si lo podemos cambiar o no, es importante conocerlos.
Género: Obviamente, el cáncer de mama es más común en las mujeres, pero puede ocurrir también en hombres.
Edad: El riesgo aumenta con cada año, llegando a su máximo en la séptima y octava década de vida.
Menarquia: La menarquia es cuando una niña empieza a menstruar. Empezar a menstruar antes de los 11 años aumenta el riesgo de cáncer de mama en un 20%.
Menopausia: Un término con el que estamos más familiarizadas, es cuando una deja de menstruar. Una menopausia tardía, la que ocurre después de los 50 años, también se asocia a un riesgo aumentado de cáncer de mama.
El embarazo: ¡Es un factor protector! Si se tuvo un embarazo antes de los 35 años, se considera que tienen un factor protector, menos riesgo de cáncer de mama.
Lactancia materna: ¡Es otro factor protector! Dar un año de lactancia materna baja 5% tu riesgo de cáncer de mama.
Terapia hormonal menopáusica: Si elegiste tener terapia hormonal menopáusica tienes que ser super diligente con tus mamografías, ya que aumenta el riesgo de cáncer de mama.
Anticonceptivos: Hay un gran debate sobre si las píldoras anticonceptivas aumentan el riesgo o no. Pero por cualquier cosa, si las usas, chécate y dile a tu médico.
Factores genéticos: Si recuerdas, 12% de los cánceres de mama son familiares, causados en su mayoría por los genes BRCA1 y BRCA2. Si varias familiares han tenido cáncer de mama, te conviene realizarte un panel genético como el que ofrece TrueOnco para identificar estos genes y conocer tu riesgo.
Obesidad: En la obesidad el cuerpo produce muchos andrógenos que se convierten en estrógenos gracias a una enzima. Recuerda que mucho estrógeno aumenta el riesgo de cáncer de mama. Por lo tanto, ser obesa incrementa tu riesgo.
Alcohol y fumar: Son dos factores de riesgos que aumentan la probabilidad de desarrollar cáncer, ya que se consideran carcinogénicos.
Dieta alta en grasa saturada: De todos los nutrientes que existen, las grasas saturadas son las que se asocian con el cáncer, así que disminuirlas en tu dieta puede protegerte.
Ejercicio: Realizar ejercicio te protege, ya que baja la probabilidad de desarrollar cáncer de mama y de todos los tipos. Así que el ejercicio es un gran aliado.
Diabetes: Debes realizar ejercicio y comer sano para evitar esta desagradable enfermedad. La diabetes aumenta en 20% el riesgo a desarrollar cáncer de mama, así que mejor una dieta balanceada y un poco de ejercicio.
La vitamina D: Tener niveles normales de vitamina D en la sangre se asocia a un factor protector. La deficiencia de vitamina D, por otro lado, se asocia a un aumento en el desarrollo de cáncer de mama.
La radiación: No hablamos de radiación tipo Chernobyl o la de tu microondas, mantén la calma. Este factor de riesgo está dirigido a pacientes cuyo tratamiento para alguna enfermedad ha incluido radiación.
Hasta aquí hemos visto bastante sobre lo que los expertos y los supervivientes de cáncer de mama quieren que tú sepas sobre esta enfermedad. No obstante, falta mucho por discutir porque la información abunda y es de alta importancia para todas conocerla. La siguiente semana analizaremos más sobre qué ocurre cuando se detecta cáncer de mama, desde qué saber una vez que se detecta este padecimiento hasta la parte más psicológica de la enfermedad, que muchas veces se pone de lado. Así que espera a la próxima semana para la parte 2 de “Descubre qué quieren los expertos que sepas respecto al cáncer de mama".
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