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Entendiendo el Mieloma Múltiple: Desde las Células MGUS hasta los Avances en Oncogenética


Listón Borgoña para conmemorar el mieloma múltiple

¿Sabes qué es el mieloma múltiple? Quizás has oído hablar de la leucemia y los linfomas, dos tipos de cáncer de la sangre, pero tal vez no del mieloma. Aquí puedes informarte más sobre estos tipos de cáncer. Rápidamente, te recuerdo: la leucemia es un cáncer líquido, ya que las células se mueven libremente por la sangre, mientras que los linfomas son sólidos y se alojan en los ganglios linfáticos. Aunque se suele hablar más de leucemias y linfomas por ser más comunes, hoy te contaremos de un cáncer diferente: el mieloma múltiple, un peculiar cáncer que fabrica anticuerpos y que tiene una historia natural interesante. De hecho, después de los 50 años, muchas personas presentan una lesión premaligna relacionada con esta enfermedad. Continúa leyendo y descubre más sobre este cáncer fabricante de anticuerpos.  


La sangre 

Primero, aprendamos un poco sobre la sangre. Este líquido rojo es un tejido conectivo especial que circula por todo el cuerpo. Está compuesto principalmente por agua, pero también contiene proteínas, electrolitos y diversos tipos de células. La sangre está compuesta por nueve tipos de células, divididas en dos grupos. El primer grupo es el mieloide, al que pertenecen los glóbulos rojos o eritrocitos, encargados de transportar oxígeno; los megacariocitos, que producen plaquetas, encargadas de la coagulación; y varios tipos de glóbulos blancos, como neutrófilos, eosinófilos, basófilos y macrófagos, que combaten infecciones. El segundo grupo es el linfoide, que incluye a los linfocitos NK, que eliminan células fuera de control; los linfocitos T, que dirigen a los demás glóbulos blancos; y los linfocitos B, que producen anticuerpos


Todas estas células sanguíneas nacen en la médula ósea, la cual se encuentra dentro de los huesos. Dentro de la médula ósea viven las células madre de la sangre, que van formando nuevas células sanguíneas, dependiendo de las necesidades del cuerpo. Por ejemplo, si te infectas, producirás más glóbulos blancos. Para que las células de la sangre sobrevivan y se desarrollen de manera saludable, la médula ósea contiene un microecosistema que ayuda a que estas células maduren. Cuando las células son adultas, salen a la circulación sanguínea. 

Diferenciación de las células de la sangre

Las células madre de la sangre producen nueve tipos de células, divididas en dos grupos: mieloides y linfoides


Los linfocitos B y el origen del mieloma múltiple

Tras leer sobre las células de la sangre, podrías pensar que el mieloma se origina a partir de las células mieloides, pero no es así. El mieloma múltiple se origina a partir de una célula plasmática, un tipo de linfocito B. Para que no te confundas, te explico más, al nacer, los linfocitos B son vírgenes porque no han sido activados por un antígeno. Cuando un linfocito B sale de la médula ósea, se lanza a la aventura de encontrar un antígeno que lo active. Los antígenos son proteínas que pueden iniciar una respuesta inmune. Casi cualquier cosa puede ser un antígeno, desde una bacteria hasta el polen de la primavera. Cuando un linfocito B encuentra un antígeno, debe presentárselo a su jefe, el linfocito T, quien decide si representa un peligro.


Cuando un linfocito T decide que el antígeno es peligroso para el cuerpo, ambas células realizan un “baile” y se activan mutuamente por medio de receptores celulares. A partir de ese momento, el linfocito B ya no es virgen y pasa a tener dos tipos de células hijas: linfocitos B de memoria y células plasmáticas. Los linfocitos B de memoria recordarán ese antígeno específico y se activarán cada vez que lo encuentren. Por otro lado, las células plasmáticas son capaces de fabricar anticuerpos, que ayudan a eliminar una infección rápidamente. Para formar anticuerpos, las células plasmáticas reordenan sus genes para formar un anticuerpo único. En teoría, existen infinitas posibilidades de orden genético, ya que se puede formar un anticuerpo para cada proteína existente en el mundo. Cuando una célula plasmática pierde el control, se convierte en un mieloma múltiple


Activación de un linfocito B

Cuando un linfocito B virgen encuentra un antígeno, un linfocito T debe activarlo para que produzca anticuerpos.


La genética de un mieloma múltiple

Antes de llegar a formar un mieloma, las células plasmáticas sufren un daño en el ADN y se vuelven premalignas. Estas células se llaman MGUS (gammapatía monoclonal de significado incierto). Las células MGUS fabrican anticuerpos aberrantes, que en realidad no sirven para combatir infecciones. A diferencia de un mieloma múltiple, no producen grandes cantidades de anticuerpos no funcionales. Aunque cueste creerlo, las células MGUS no son raras. A partir de los 50 años, 1 de cada 30 personas presenta estas células, y a partir de los 80 años, 1 de cada 10 personas las tiene. 


Aunque las células MGUS son premalignas, es raro que se transformen en un mieloma. Básicamente, se establece que cuando se detectan estas células, cada año aumenta en un 1% la probabilidad de que se vuelvan malignas. Sin embargo, la genética celular juega un papel importante, ya que ciertas mutaciones son más malignas que otras. Las células MGUS tienen un ADN inestable y acumulan mutaciones con el tiempo. Algunas de estas mutaciones desencadenan la transformación hacia un mieloma, siendo la translocación cromosómica la más común. 


Translocación cromosómica

Los cromosomas son estructuras de ADN condensado en las que se encuentran los genes. Te parecerá sorprendente, pero el ADN tiene un orden, lo que nos permite saber en qué parte de un cromosoma está cada gen. Este orden también asegura que los genes estén cerca de sus respectivos promotores, que son secuencias de ADN que indican a las proteínas dónde unirse para activar los genes. Esto es importante para comprender las translocaciones cromosómicas.


La translocación es un fenómeno en el que un fragmento de cromosoma se separa de su cromosoma original y se une a otro. Los humanos tenemos 23 pares de cromosomas, un total de 46. Cuando ocurre una translocación, segmentos enteros de ADN se trasladan a otro cromosoma, lo que provoca la pérdida del orden genético. Esto puede hacer que un gen se pierda, quede asociado a un promotor que lo sobreactiva, o tenga una activación insuficiente. Los mielomas múltiples a menudo presentan una translocación que involucra al cromosoma 14, que contiene el gen para formar anticuerpos. Cuando este gen se transloca y termina junto a un oncogén, se estimula la división celular y las células comienzan a multiplicarse sin control. Esto sucede porque el gen de los anticuerpos tiene un fuerte promotor que impulsa constantemente la actividad del oncogén. Con el tiempo, las células MGUS pierden más genes, ganan mutaciones y se convierten en un mieloma.

ejemplo de una translocación

Las translocaciones ocurren cuando un trozo de un cromosoma se une a otro cromosoma, lo que puede causar mutaciones serias al alterar el orden de los genes.


Síntomas de mieloma múltiple

Las células MGUS no generan síntomas, solamente se consideran premalignas. Es solo cuando las células MGUS se transforman en mieloma que comienzan los síntomas, tales como:

  • Anemia: Uno de los síntomas más notable, causado por la invasión de la médula ósea. 

  • Accidentes cerebrovasculares: se vuelven más comunes debido a la viscosidad aumentada de la sangre, causada por la elevada cantidad de anticuerpos producidos. 

  • Daño renal: Causado por la acumulación de proteínas en el glomérulo, el filtro natural del riñón.

  • Falla renal: Ocurre cuando el glomérulo deja de funcionar y el riñón ya no puede limpiar la sangre.

  • Daño en los huesos: Causado por la sobreactivación de osteoclastos, células que “rompen” el hueso para liberar calcio y fosfato.

  • Fragilidad ósea: Resultado de la pérdida de mineralización causada por la destrucción del hueso.

  • Fracturas.

  • Dolor óseo.

  • Colapso de las vértebras.


Pruebas genéticas y tratamiento para el mieloma múltiple

Al detectar células MGUS, es importante realizar pruebas genéticas para identificar las mutaciones y translocaciones presentes, ya que esto permite conocer los riesgos de progresión. Si se diagnostica un mieloma, se debe identificar la translocación específica. Para estudiar las translocaciones, se suele emplear la técnica FISH, que utiliza fluorescencia para observar la posición de los genes. Lo entenderás mejor con la siguiente imagen.


Técnica FISH y cariotipo de un mieloma múltiple con translocación del cromosoma 8

Aquí puedes observar la técnica FISH. Verás que hay cromosomas verdes y rojos. También notarás que un cromosoma se ha translocado y fusionado, creando un cromosoma con ambos colores. Imagen obtenida de: Kim, Young Mi & Lee, Ji-Yun & Xia, Lijun & Mulvihill, John & Li, Shibo. (2013). Trisomy 8: A common finding in mouse embryonic stem (ES) cell lines. Molecular cytogenetics. 6. 3. 10.1186/1755-8166-6-3. 


Una técnica novedosa y altamente recomendable para el estudio del mieloma es secuenciar el ADN de la célula tumoral. La secuenciación del ADN permite conocer cada gen y sus posibles alteraciones. Con este estudio se identifican todas las mutaciones presentes en un tumor, lo que permite conocer su comportamiento. También sirve para elegir los medicamentos más adecuados para el tumor específico. Existen diferentes tratamientos, incluyendo quimioterapia, corticosteroides, radiación, inmunomoduladores, e inhibidores de proteosomas, que alteran el funcionamiento de las proteínas dentro de la célula; anticuerpos monoclonales, que se unen a las células cancerígenas y las dirigen a la muerte; y los novedosos inhibidores de histona deacetilasa, que alteran la activación de los genes tumorales y podrían reactivar genes que induzcan la apoptosis (suicidio celular) y así evitar que la célula continúe siendo inmortal. Cada mieloma se comporta de manera diferente según su genética, por ello conocer su estado genético permite elegir el mejor tratamiento posible y formular el pronóstico más preciso.  


Con TrueOnco, la línea de oncogenética de Nanolab, podrás consultar a genetistas especializados en oncogenética. Además, tendrás acceso a las pruebas genéticas necesarias para identificar el subtipo de mieloma múltiple y recibir el tratamiento más adecuado para tu caso específico, mediante medicina personalizada basada en la genética del tumor. 



Referencias


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