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¿ES SEGURA LA HOMEOPATÍA? CONOCE LOS DETALLES



Abril parece darse para temas de medicina alternativa. La semana pasada revisamos si las gemas, piedras y cuarzos podían curar. Puedes ver el artículo aquí. Esta vez, dejaremos los minerales a un lado y nos centraremos en las plantas con el objetivo de conmemorar el Día Internacional de la Homeopatía. Esta fecha se celebra el 10 de abril y es una excelente oportunidad para discutir sobre las plantas curativas y el uso de plantas en general, utilizadas para sanar. Así mismo, es un buen momento para avisar sobre los peligros de la homeopatía y el uso indiscriminado de plantas. Y no, no quiero convencerte de abandonar las plantas y la homeopatía, pero si deseo que tomes precauciones, porque la planta mágica para curar el resfriado podría volar tu hígado en pedazos.


Comencemos con la gran pregunta, ¿existen las plantas medicinales? Contrario a las gemas y piedras que vimos la última vez, las plantas son seres vivos y están llenas de biomoléculas, moléculas asociadas a la vida. Nosotros, las bacterias, los hongos, los parásitos y los demás animales también estamos vivos. Ya sé, ¡gran sorpresa!, pero lo importante a comprender aquí, es que dado que todos usamos biomoléculas, es probable que alguna tenga efectos en nosotros. Por ejemplo, la penicilina, seguro la conoces, es un medicamento muy popular. Esta biomolécula sirve como antibiótico, ya que mata bacterias. La penicilina no la inventamos nosotros, la descubrimos. Un hongo llamado penicillium utiliza la penicilina para pelearse con las bacterias. Nosotros solamente lo encontramos y decidimos “robarle” su penicilina para hacer antibióticos. Al igual que el hongo y la bacteria, muchas plantas tienen efectos en nosotros. Por ejemplo, la atropina. Este compuesto proviene de una flor llamada Atropa belladona o belladona, por su nombre común. La atropina puede mandarte al hospital si las consumes. La atropina funciona como un anticolinérgico. Colinérgico hace referencia a un neurotransmisor llamado acetilcolina, que tiene funciones en el uso de músculos, la función normal del cerebro y corazón y se encarga de que tu sistema renal y gastrointestinal puedan moverse. Tomar un anticolinérgico puede destrozar el cuerpo al causar parálisis, convulsiones, retención urinaria y constipación. Esta pequeña florecilla púrpura puede matar. Es más, en la historia se ha llegado a emplear como un veneno. Así que, sin duda, las plantas tienen efectos en nuestro funcionamiento.


La belladona tiene una flor morada y bayas negras, como la noche, y es una planta muy tóxica.


No, no todas las plantas son tóxicas y fulminantes como la belladona. Después de todo es sano comer frutas y verduras y éstas son partes de plantas. Sin embargo, es fácil confundirse. Que algo sea natural, no significa que sea sano o inocuo (que su ingesta no producirá enfermedad; libre de peligro). Muchas personas pueden caer en el error de creer que una planta por ser natural es inocua. Vamos, quién desconfiaría de una florecilla silvestre. Pues la realidad es que es mejor desconfiar que creer ciegamente que lo natural es siempre igual a sano. Por ejemplo, la fugutoxina (tetrodotoxina) es una molécula natural que crea el pez globo y aunque es natural, no la quieres cerca de tu cuerpo, ya que genera parálisis. Los pulmones se inflan gracias a un músculo llamado diafragma, así que esta toxina natural puede detener la respiración. Por lo tanto, debes informarte sobre lo que vas a consumir.


Debes considerar varias cosas antes de usar un remedio homeopático. Antes de consumir un remedio mágico u homeopático, es bueno investigar qué ingredientes o sustancias activas tiene. La sustancia activa, en la farmacología, es aquella que tiene un efecto en el cuerpo. Por ejemplo, una pastilla de paracetamol, el medicamento más usado en el mundo, no está hecha 100% de paracetamol, si ves la caja notarás que una parte es un excipiente, que suele ser azúcar. La otra parte es paracetamol, que es la sustancia activa y la molécula que genera cambios en el cuerpo. Esto aplica también a las plantas, debes conocer qué sustancias tienen y cuáles son importantes para el cuerpo. La dosis es algo importante que también debes investigar. Otro error es creer que por ser natural se puede consumir mucho o a placer, pero esto también puede ser peligroso. En el siglo XVI vivió el médico Paracelso, que se conoce como el padre de la toxicología. Él nos dijo: “Todo en el mundo es venenoso, la dosis es la que hace al veneno”. Por lo que también debes considerar la dosis a la hora de consumir un remedio homeopático. Por ejemplo, todos necesitamos agua para vivir, pero si consumes 6 litros de golpe, el agua te mataría. Igual el café, más de 400 miligramos pueden generar intoxicación.


El café es natural y delicioso, pero no es inocuo. En altas cantidades puede intoxicar al cuerpo.


También hay que tener precaución con caer en la idea errónea de que si cierta planta o remedio se ha usado y muchos la consumen, debe ser segura. Una de las plantas más utilizadas en la homeopatía es el acónito. Se usa para el dolor de cabeza, la ansiedad, infecciones respiratorias, entre otros. No obstante, el acónito es muy tóxico. Causa que las neuronas se despolaricen continuamente. En otras palabras, las neuronas se hiperactivan y los sistemas eléctricos del cuerpo pueden fallar. Sistemas como el cerebro, los músculos y el corazón. También es imprescindible que cuides la vía de administración. En la farmacología, la vía de administración indica por dónde debe ingresar el medicamento al cuerpo. Por ejemplo, existe la vía oral si te lo tragas, la vía intramuscular para inyecciones o la vía oftálmica para las gotas para los ojos, hay varias. No creas que porque es natural, puedes usar el remedio por cualquier vía del cuerpo. Por ejemplo, el árnica se usa para el dolor y suele untarse, pero si se traga suficiente cantidad, causa sangrado gastrointestinal. Finalmente, no experimentes y no creas que porque la flor es bonita, es inocente. Por ejemplo, el agave, que abunda en México, es dañino para la piel, ya que su savia causa dermatitis.


Así mismo, es momento de advertirte sobre el hígado. Este órgano es el encargado de detoxificar el cuerpo. Tiene muchas enzimas que transforman sustancias tóxicas en inocuas y excretables. Excretable significa que el riñón o el sistema digestivo tienen mayor facilidad de sacar las moléculas del cuerpo. Por ejemplo, el omeprazol, del que seguro has escuchado y hasta consumido, en su estado de omeprazol no puede salir del cuerpo. El hígado usa una enzima y lo transforma en otro compuesto que el riñón puede desechar fácilmente por medio de la orina. El hígado, aunque es aguantador, no es inmortal. Suficientes sustancias tóxicas y se destruye; recuerda, natural, no es igual a inocuo, esa flor que te tomaste puede parecer inocente, pero a las células del hígado puede no darles tanta gracia.


Encargado de que no te envenenes, el hígado intenta volver todo lo tóxico en inocuo, pero puede verse sobrepasado y morir.


Cuando los hepatocitos (células del hígado) son sobrepasados, son los primeros en morir por intoxicación. Esto se llama necrosis hepatocelular. El hígado tiene una gran cantidad de tareas, además de desintoxicar. Se encarga de que puedas coagular la sangre, de que la sangre se quede dentro de los vasos sanguíneos, de la digestión, de la distribución de energía, del movimiento de colesterol, produce proteínas de defensa, elimina la amonia, que es tóxica y la vuelve urea; tiene una gran cantidad de tareas. La muerte del hígado supone la muerte del organismo, ya que sin él, el propio cuerpo se envenena con deshechos. Una de las razones más comunes de falla hepática es la medicamentosa, ocasionada por medicamentos, pero también está la herbal por plantas, que suele presentarse por remedios homeopáticos tomados sin cuidado.


Lo que te debes llevar de esta historia no es que la homeopatía sea infernal y te va a matar. Muchas plantas son medicinales y tienen sustancias activas identificadas que pueden ayudar a mejorar. Sin embargo, debes tener cuidado porque a diferencia de los fármacos, que están altamente investigados, de los que se sabe qué hacer en caso de sobredosis y de los que se conocen las dosis terapéuticas correctas, los remedios a base de plantas no tienen ese marco de investigación. Recuerda que lo natural no es lo mismo que lo inocuo. Muchas veces no sabemos qué sustancias activas pueden traer las plantas, por lo que no sabemos del todo cómo interactúan con el cuerpo. Tampoco se saben las dosis idóneas o se consumen a gusto, pero cualquier cosa en suficiente concentración puede ser venenosa. No creas que porque otros la consumen, este remedio es seguro. Conoce cómo administrar el remedio, hay sustancias que no deben acercarse a ciertas partes del cuerpo. Finalmente, que las apariencias no te engañen, esa bella flor tiene sus métodos de defensa para que no se la coman y puede que sea venenosa, aunque sea bella. Siempre puedes preguntarle a médicos o nutricionistas al respecto o para que te ayuden a investigar. Aun así, investiga lo suficiente para que tu remedio natural no resulte peor que la enfermedad, porque el hígado puede no estar preparado para sustancias altamente venenosas y ten por seguro que lo necesitas para vivir.


La homeopatía no es mala en sí, pero puede ser riesgosa. Debemos ser muy diligentes en su investigación y cuidadosas en su administración. Acercarte a un doctor o nutricionista, puede ayudarte, o en alguien con las cualificaciones necesarias para que te informe todo al respecto de la terapia que vas a consumir.


Referencias


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