Ya les he escrito antes acerca de fumar, en específico vimos por qué el tabaquismo es adictivo. Puedes revisar esta historia aquí. En esta ocasión, hablaremos sobre una enfermedad causada por fumar y no, listillas, no es el cáncer de pulmón. Fumar está asociado con alrededor de 50 enfermedades diferentes, así que hay de dónde escoger. Para este blog, revisaremos información sobre una enfermedad que, tal vez, no conozcas o, posiblemente, hayas escuchado, pero que no sepas del todo de qué va. Se trata del EPOC, cuyo nombre completo es enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Esta enfermedad causa dificultad respiratoria, al punto, donde las personas con únicamente caminar sienten que ya no respiran. Así que, hablemos de EPOC, la enfremedad que no deja respirar a causa del cigarro.
Antes de entrar en el mundo del EPOC es necesario conocer un poco los órganos que te permiten respirar, en otras palabras, los pulmones y su sistema. Probablemente, no pienses demasiado en ellos, pero los pulmones son de esas partes del cuerpo que tienen una gran importancia, solamente no tienen tanta fama como el corazón o el cerebro. Los pulmones pertenecen al sistema respiratorio, que tiene varios componentes. Este sistema es una red de tubos o carreteras que deben llevar aire hasta los pulmones. El sistema de carreteras comienza en tu nariz, baja hacia la faringe, que puedes ver si abres la boca, ahí, hasta atrás de tu campana o úvula; sigue bajando hacia la tráquea, que puedes sentir en tu cuello e incluso mover con tus manos. La tráquea sigue bajando y se divide en dos caminos llamados bronquios. Un dato curioso es que en esa ramificación existe una “partecita” llamada carina, que es la que nos causa el reflejo de tos cuando se irrita. En los bronquios inicia el árbol bronquial, hay dos, uno derecho y uno izquierdo, es un árbol porque se va ramificando. Los bronquios se ramifican en bronquiolos, éstos en bronquiolos terminales, que, a su vez, se parten en bronquiolos respiratorios hasta llegar al alvéolo.
Alvéolo es una parte vital del cuerpo. Estos alvéolos son como diminutas “burbujitas” circulares. Tienen esa forma porque permite que exista una amplia superficie. Mientras más grande sea esta área, más oxígeno puede entrar al cuerpo. El alvéolo es finísimo. Con 10 capas, solamente mide 0.5 micras de grosor. Debe ser tan “delgadito” para que el oxígeno pase fácilmente a la sangre. ¿Para qué necesitamos oxígeno? Tu respuesta debe ser respirar, pero ¿sabes a qué se refiere respirar? La respiración celular es el proceso mediante el cual las células usan el oxígeno para convertir azúcar en energía. La energía celular se encuentra en forma de una molécula denominada ATP. La ATP es el dinero del cuerpo, si una célula quiere realizar una tarea debe pagar, y paga en forma de ATP. Por ejemplo, cada vez que decides moverte, todas las células musculares gastan ATP para contraerse y lograr que te muevas. Igual con otras tareas como mover cosas, producir componentes o incluso tener hijas; las células, del mismo modo que nosotros, tienen que gastar dinero. Volviendo a los alvéolos, su función es introducir la mayor cantidad de oxígeno para que todas las células puedan producir cantidades enormes de energía para trabajar y funcionar.
Aquí puedes ver un esquema parcial del sistema respiratorio. De fucsia puedes ver la tráquea dividirse en dos y formar varias ramas, estas ramas son los bronquios. Si sacaras un microscopio, podrías observar que esas ramas forman ramitas llamadas bronquiolos y terminan en una burbuja llamada alvéolo.
Hablemos del EPOC y fumar. El EPOC es una enfermedad del sistema respiratorio, no solamente del pulmón y es causada por fumar. Esta patología cuenta con dos partes: una de conducción de aire y otra de recibimiento de oxígeno. Vayamos de arriba hacia abajo, comenzando por los bronquios. Los bronquios principales, los primeros, que salen de la tráquea, son bastante grandes, pero sus ramitas no tienen la misma fortuna. El fumar es muy tóxico para las células, puede que al cerebro le guste su shot de nicotina, pero las otras 7000 sustancias que contiene una inhalada de cigarro a las células del pulmón no les gusta. El fumar irrita las células de los bronquios. Para las células, fumar es un estado de daño. Una vez no pasa nada, sin embargo, constantemente, provoca que las células intenten defenderse. La primera defensa es que las células de los bronquios llaman a la policía de tu cuerpo, en otras palabras, al sistema inmune. Los glóbulos blancos llegan y lanzan bombas inflamatorias para intentar eliminar al microbio que osa molestar a los bronquios, pero, ¡sorpresa!, no hay microbio, hay humo de cigarro. Dado que la fuente de irritación no se va, las células de los bronquios siguen llamando a la policía, quien hace lo que sabe hacer, aunque sea en vano, avientan bombas inflamatorias y pus. Con el tiempo los tubos que llevan aire se tapan como un lavamanos, sólo que con pus.
El pus no lo es todo. Llega un momento, donde los bronquios deciden que los esfuerzos de la policía son inútiles y mejor ellos hacen el trabajo; lo que deciden hacer se denomina extensión de células caliciformes. Estas células hacen una cosa, moco. El bronquio comienza a producir más de estas células y junto con el pus, el moco obstruye todavía más el tubo. Finalmente, el bronquio se harta de que ni el pus ni el moco funcionen y decide hacer su última jugada llamada metaplasia escamosa. Cada órgano del cuerpo tiene un tipo de epitelio, que son las células. Algunas son planas, otras son cubos, algunas tienen vellos para empujar cosas. El epitelio escamoso lo puedes hallar en tu piel y es una forma de defensa. Tu piel te defiende de mucho, vamos, intenta separar o romper la piel, es difícil. Por otro lado, el epitelio de los bronquios tiene vellos nombrados cilios, cuya tarea es empujar el moco hacia afuera. Con el tiempo, el bronquio se harta y dice: “si no va a parar el humo de tabaco me defenderé” y deja de producir las células que debe hacer y, en su lugar, hace algo parecido a la piel. La piel es más resistente, pero te aseguro que no puede empujar ni el moco ni el pus para despejar los bronquios, por lo que las vías aéreas terminan más tapadas.
Aquí puedes observar una comparación entre sano y EPOC. En el lado sano verás que los tubos están libres de moco y los alvéolos son muchas “burbujitas”. En el lado con EPOC, notarás que los tubos están llenos de moco y los alvéolos se unen en una sola burbuja gigante. Esto causa que respirar se vuelva difícil.
Esa sólo es una parte, ahora bajemos al pulmón, o mejor dicho, a los alvéolos. ¿Recuerdas que son millones de “burbujitas”? Durante el EPOC comienzan a tronar, ¡pop, pop! Por supuesto, el cuerpo se asusta con las explosiones de sus fábricas de oxígeno. El pulmón las trata de arreglar, pero no es capaz de lograrlo, al menos no del todo. Lo que hace es pegar, como Frankenstein, los restos de las burbujas reventadas y formar una mega burbuja. Sin embargo, esa “burbujota” no es efectiva por completo porque pierde área de superficie. Imagina que tienes 5 fábricas y al final terminas con una. Esta “burbujota” se llama enfisema pulmonar. En consecuencia, el aire no puede entrar y salir de manera adecuada porque los ductos están tapados con moco y pus; los alvéolos se revientan y no les es posible ingresar oxígeno al cuerpo. Todo esto concluye en que no vas a poder respirar.
Qué causa el EPOC
Ya te conté lo que le pasa al sistema respiratorio con el humo del tabaco, le da EPOC. Ahora te contaré, velozmente, qué síntomas presenta esta enfermedad.
Tos, porque recuerda que los conductos están inflamados y como te dije, la carina inflamada causa tos. Además, los bronquios están al tope de moco y pus y lo quieren sacar.
Mucha flema.
Disnea. Este término médico significa: el sentimiento de no poder respirar. Es como cuando corres y sientes que ya no te entra aire. Sólo que, en este caso, estar parado es suficiente para sentir que ya no respiras.
La disnea es el sentimiento de no poder respirar y la falta de aire. Todos la hemos sentido al hacer ejercicio, pero las personas con EPOC la pueden sentir con sólo caminar unos pasos e incluso al dormir.
Si eres de los que valoran mucho su figura, tal vez estos datos te hagan pensar dos veces sobre fumar y el EPOC.
Pérdida muscular. Dado que no se puede realizar ejercicio porque se siente que no respiras, los músculos se atrofian.
Tórax en barril. Dado que el aire no puede escapar de los pulmones, produce hiperinflación y parece que las personas están abombadas del tórax.
Piel azul, porque la sangre se llena de CO2 en lugar de oxígeno.
Falta de sueño, porque incluso dormidos no logran respirar bien, así que despiertan varias veces durante la noche. Viven con microsueños porque les es complicado dormir de manera continua.
Falla cardiaca. Aunque no hablamos de la conexión entre corazón y pulmones, créeme que la hay. Después de todo el corazón debe mandar sangre llena de oxígeno, la cual viene directamente de los pulmones. La inflamación, de la que sí comentamos, causa que las arterias se hagan pequeñas y aumente la presión pulmonar, eso causa que la sangre se estanque en el corazón, se ensanche y deje de funcionar correctamente. La falla cardiaca, a su vez, empeora todo porque ahora ni la sangre fluye bien.
Cáncer de pulmón. Tanto daño y tanta inflamación hacen que las células se “enojen”, dejen de hacer las cosas ordenadas y se vuelven cancerígenas. Puedes leer un poco sobre el cáncer de pulmón aquí.
Esta es la historia sobre el EPOC. Todas las enfermedades son molestas, pero si hay una enfermedad verdaderamente incómoda es el EPOC, porque se siente como si no pudieras respirar casi todo el tiempo. Además, es de esas enfermedades que tienen tratamiento, pero no se curan. Se pueden dar medicamentos para abrir más las vías aéreas, pero curarlo, no es posible. Dejar de fumar sin duda ayuda porque permite que cese el humo de tabaco irritante y los pulmones dejen de inflamarse, pero la destrucción del alvéolo no se arregla. Sin embargo, sí se puede ayudar a que las vías aéreas regresen a un estado desinflamado. Dejar de fumar es muy complicado, pero no es imposible. Nanolab y TrueOnco, nuestra área especializada en cáncer, te recuerdan que fumar no es nada bueno y te incentivan a buscar ayuda para dejarlo, ahora bien, si no fumas, te aconsejamos no acercarte a los cigarros, son de las cosas más dañinas para el cuerpo.
Fumar es la principal causa del EPOC y puede volver la simple acción de respirar en todo un reto.
Referencias
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