En nuestro blog de Nanolab hemos revisado enfermedades raras y genéticas, además de cánceres porque tenemos dos laboratorios especializados, tanto en enfermedades genéticas (Insight) como en cáncer (Trueonco). En esta ocasión te contaré de una enfermedad que une ambas ramas. Es una patología genética que genera tumores por todo el cuerpo a causa de la mutación de un gen. Esta enfermedad rara se llama neurofibromatosis y afecta al sistema nervioso del cuerpo. Puede ser, hasta cierto punto, una enfermedad algo silenciosa, pero cuando se descubre es un dolor de cabeza para diagnosticarla. Muchas familias pueden terminar asustadas por un pequeño que comienza a presentar tumores, que un día está sano y normal y al siguiente tiene un problema. Sin embargo, aún no te espantes.
Lo primero que te diré es la buena noticia y el porqué la neurofibromatosis no es tan mala como puedes estar imaginando. Esta enfermedad genética produce tumores benignos no malignos. Revisemos estas diferencias. La mayoría, cuando escucha la palabra tumor, imagina cáncer, lo cual no es correcto. Un tumor es lo mismo que una neoplasia, que, en términos médicos, significa: “nueva formación”. En realidad, casi todos tenemos alguna neoplasia. Por ejemplo, los lunares son una neoplasia compuesta de unas células llamadas melanocitos, las cuales generan nuestro tono de piel, mientras más melanocitos, más oscura es la piel. Los lunares en su mayoría son benignos, no nos hacen nada.
Aquí puedes observar las diferencias entre benigno y maligno. Nota que el benigno está confinado y todas sus células son idénticas. Mientras tanto, en el maligno las células invaden y son de diferente forma.
Un tumor benigno tiene ciertas características, que lo vuelven inocuo. La primera es que sus células son diferenciadas. Puedes pensar la diferenciación como el estadio adulto de una célula. Las células madre se diferencian a un tipo celular específico. Por ejemplo, en la piel pueden volverse melanocitos o queratinocitos. Una célula diferenciada de algún tipo, se aprecia bajo el microscopio, un especialista puede decir qué tipo de célula es. Su segunda característica es que está delimitado. Un lunar sano tiene su forma redondita, no tiene formas raras porque está delimitado. La tercera característica es no poder viajar. Dado que los tumores benignos están delimitados, no invaden otras partes del cuerpo, se quedan en su lugar. Al contrario, un cáncer o tumor maligno no cumple las características. Si ves las células cancerígenas, ya no se parecen a ninguna célula sana y se les llama células indiferenciadas. Los cánceres no se delimitan, son capaces de invadir otras partes del cuerpo. Esto lo puedes notar en un melanoma, un tumor maligno, que sale de los lunares. Los lunares que se han convertido en melanomas tienen bordes irregulares porque comienzan a invadir la piel. Finalmente, el cáncer puede viajar e invadir partes lejanas a su punto de origen y esto lo conocemos como metástasis.
Ahora que vimos esto, puedes relajarte bastante porque los tumores que se forman en la neurofibromatosis casi siempre son benignos. Tanto así, que las personas con esta enfermedad genética tienen una esperanza de vida promedio. Sin embargo, descubrir que tu hijo o hija se comienza a llenar de tumores es uno de los mayores sustos que se puede llevar un padre o madre. Revisemos ahora estas enfermedades. Te digo en plural porque existen dos tipos de neurofibromatosis, la tipo 1 y la tipo 2 y, aunque son similares, tienen grandes diferencias.
La neurofibromatosis tipo 1 es ocasionada por una mutación en un gen llamado NF1, el cual tiene las instrucciones para generar una proteína llamada neurofibromina. Esta proteína especial hace varias tareas complejas en el cuerpo, pero lo que tú debes comprender es que funciona como un “freno”, el cual le dice a las células nerviosas cuándo detener su división celular. Sin esta proteína, no hay quién le avise a las células que deben parar de dividirse, así que ellas se siguen porque nunca reciben un aviso de alto. Por ello, crean “pelotitas” de células nerviosas, que son mejor conocidas como tumores. Recuerda, son benignos porque se delimitan, no invaden y todas las células de esa bolita, si la observas bajo el microscopio, las notarías como células nerviosas adultas y bien formadas.
Ahora te explicaré qué ocurre en la neurofibromatosis tipo 1. Si recuerdas, se pierde un “freno” llamado neurofibromina por tener dañado el gen NF1. Esto causa neoplasias en los nervios y la piel. Te preguntarás, por qué la piel, y es porque tiene muchos nervios, gracias a ellos tenemos el sentido del tacto. En la neurofibromatosis tipo 1 lo más común que se manifiesta son “manchas café con leche” (manchas más oscuras que la piel que las rodea). Estas manchas no son lunares como tal, sino que son lo que muchas de nosotras conocemos como marcas de nacimiento. Muchas personas las tienen y no significa que tengan una enfermedad, pero la neurofibromatosis tipo 1 genera “manchas café con leche” peculiares. Estas manchas son grandes, en niños miden 5 milímetros y en adolescentes y adultos llegan a medir 15 milímetros. Tener una “mancha café con leche” grande no es suficiente, necesitas al menos seis manchas de gran tamaño para pensar en esta enfermedad.
“Mancha café con leche” en un niño. Una sola no representa mucho, pero varias de gran tamaño apuntan a la enfermedad conocida como neurofibromatosis tipo 1.
También tendrán unos “tumorcitos” llamados neurofibromas cutáneos, que son pequeñas “pelotitas” en la piel, parecidas a una “verruguita”. Los neurofibromas cutáneos no se suelen quitar, pero si la persona lo decide puede hacerse una cirugía estética. Algo peculiar que tienen estas personas y que puedes notar en un niño pequeño, a partir de los 5 años, es que se llenan de pecas en la axila y el pubis. Otro signo que puedes distinguir, no en niños, pero si en adolescentes, son nódulos de Lisch, que son como lunares, pero en el iris del ojo y no te preocupes, no afectan la visión ni al ojo. Un tumor, que posiblemente nunca descubras es un glioma en el nervio ocular, que es el que conecta los ojos y el cerebro para que veamos, pero que no te asuste esto, no suele causar problemas porque es benigno, sin embargo, si crece demasiado puede aplastar al resto del nervio y al cerebro. Esto causa migraña, pérdida de la visión y convulsiones. Si llegara a suceder, tu médico especialista recetará quimioterapia para controlarlo.
Ahora conozcamos a la neurofibromatosis tipo 2, que es todavía más rara que la neurofibromatosis tipo 1. Esta enfermedad es similar a la tipo 1 porque causa, generalmente, tumores benignos en el sistema nervioso. En este caso, el gen afectado se llama NF2, el cual produce una proteína llamada merlina, cuyo trabajo es similar a la neurofibromina, es un freno para que las células no se dividan. La diferencia es que afecta a otro grupo celular.
En el caso de la neurofibromatosis tipo 2, las células afectadas se llaman células de Schwann. Estas células abrazan a los nervios periféricos (los que no están en el cerebro o médula espinal, sino por el resto del cuerpo). Es un abrazo grasoso porque envuelve a los nervios en una “grasita” especial llamada mielina. Esta grasa nerviosa ayuda a que tus nervios sean más veloces para llevar información. Un nervio sin mielina manda información a una velocidad de 2 metros por segundo, lo cual es muy rápido, pero con mielina va más rápido que un tren bala, va el doble de veloz. La mielina permite que la información viaje a 120 metros por segundo, que es lo equivalente a 432 kilómetros por hora.
Las células de Schwann abrazan a los nervios para que éstos puedan mandar información a altas velocidades. El schwannoma es un tumor que se origina de estas células.
En los nervios que tienen estas células de Schwann salen unos tumores llamados schwannomas, que son benignos, pero no gentiles. Los schwannomas de la neurofibromatosis tipo 2 suelen aparecer en el nervio vestibulococlear, que se encarga de que escuchemos y tengamos equilibrio. Los schwannomas, tristemente, causan pérdida de la escucha, si salen en la rama coclear o vértigo, o bien, en la rama vestibular. Si el tumor es pequeño, la escucha se puede salvar, pero si crece demasiado y daña al nervio, los tratamientos de fármacos y cirugía no pueden hacer mucho y genera sordera.
Otro tumor que ocasiona la neurofibromatosis tipo 2 se llama meningioma, el cual sale en las meninges. Las meninges son como una bolsa de aire en la cabeza. El cráneo es muy duro y si el cerebro se golpeara directamente contra él, terminaría “hecho papilla”. Las meninges son como una cama de agua o una bolsa de aire, son suaves y permiten que el cerebro no se estrelle contra el cráneo. También tienen la tarea de proteger al cerebro, químicamente hablando. El sistema nervioso central, en otras palabras, el cerebro y la médula espinal, son bastante “chillones” y para que no les caiga ningún mal les dan agua filtrada, nada de la asquerosa sangre que usan todos los órganos del cuerpo, el cerebro es pedante y engreído, por tanto, utiliza un filtrado que le proporcionan las meninges, el cual es muy limpio.
Los meningiomas salen de las meninges y aunque son benignos, celularmente hablando, son malignos en términos físicos. Un meningioma no es cáncer, pero si crece lo suficiente causa problemas. El cerebro está en un lugar bastante compacto y no tiene hacia donde crecer. Por lo tanto, un tumor, aun siendo benigno, puede aplastarlo y generar problemas como mareo, pérdida de la visión, dolor de cabeza, cambios de comportamiento, convulsiones, supresión de los sentidos e incluso pérdida del movimiento. Si son pequeños tumores no ocurrirá nada, si son grandes, el médico seleccionará el mejor tratamiento, que va desde la cirugía hasta la quimioterapia.
Los meningiomas, aunque benignos, pueden aplastar el cerebro y causar dolor de cabeza, problemas en la visión, cambios de comportamiento y convulsiones.
La neurofibromatosis es una enfermedad genética autosómica dominante. Todos tenemos dos copias de cada gen, una nos la da mamá y otra, papá. Una persona con una copia mala del gen desarrolla la enfermedad, por ello se llama autosómica dominante. Las enfermedades autosómicas recesivas, al contrario, necesitan que ambas copias de los genes heredados estén mal. Si una pareja tiene a alguien afectado, significa que el 50% de sus hijos tendrán la enfermedad, esto en términos probabilísticos. Esto es porque cada papá tiene dos copias del gen, pero sólo hereda una copia a su bebé. Es como una multiplicación, imagina que mamá es nn y es sana, y que papá es Nn y tiene la enfermedad por esa “N”. Si multiplicas nn x Nn obtienes: nn, nn, Nn y Nn, así que si la pareja tiene cuatro bebés, dos tendrán neurofibromatosis. Recuerda, todo esto es probabilístico y no real, es posible que los cuatro sean sanos y obtengan nn. Puedes observar la última imagen para visualizarlo con más facilidad.
Como verás, estas dos enfermedades son similares en que causan tumores usualmente benignos en el sistema nervioso, pero tienen amplias diferencias. La esperanza de vida es promedio, pero se necesita de un gran equipo de especialistas. Aunque puede parecer sencilla de diagnosticar, no siempre es así. El diagnóstico se realiza viendo qué tipos de tumores y dónde los tiene la persona afectada, pero si el médico no es exhaustivo, puede pasar los signos por alto. Una prueba genética no es necesaria, pero ofrece mucha información y puede ayudar a dar con el diagnóstico. En Insight, el laboratorio de enfermedades raras de Nanolab, se realizan pruebas para visualizar los genes de esta enfermedad. Otro servicio que te ofrecemos es la consultoría genética, con nuestro genetista experto, para que te guíe, apoye y sea parte de tus especialistas. La consultoría genética incluso es útil para padres o gente joven con la enfermedad porque, recuerda, la neurofibromatosis es heredable, pero se pueden buscar métodos que ayuden a la pareja a tener un bebé sin la enfermedad.
Aquí puedes apreciar mejor la heredabilidad de una enfermedad genética de tipo autosómica dominante. Observa que de cuatro hijos, dos tienen la enfermedad, están afectados.
Referencias
NIH. (2023, January 20). Neurofibromatosis. National Institute of Neurological Disorders and Stroke. https://www.ninds.nih.gov/health-information/disorders/neurofibromatosis
Adil A, Koritala T, Munakomi S, et al. Neurofibromatosis Type 1. [Updated 2023 Feb 12]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2023 Jan-. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK459358/
Jha SK, Mendez MD. Cafe Au Lait Macules. [Updated 2023 Jan 31]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2023 Jan-. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK557492/
Senthilkumar VA, Tripathy K. Lisch Nodules. [Updated 2023 Feb 22]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2023 Jan-. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK557560/#
Huang M, Patel J, Patel BC. Optic Nerve Glioma. [Updated 2022 May 24]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2023 Jan-. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK557878/
Tiwari R, Singh AK. Neurofibromatosis Type 2. [Updated 2022 Oct 3]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2023 Jan-. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK470350/
Sheikh MM, De Jesus O. Vestibular Schwannoma. [Updated 2023 Feb 12]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2023 Jan-. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK562312/
Purves D, Augustine GJ, Fitzpatrick D, et al., editors. Neuroscience. 2nd edition. Sunderland (MA): Sinauer Associates; 2001. Increased Conduction Velocity as a Result of Myelination.Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK10921/
Ghannam JY, Al Kharazi KA. Neuroanatomy, Cranial Meninges. [Updated 2022 Jul 25]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2023 Jan-. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK539882/
Alruwaili AA, De Jesus O. Meningioma. [Updated 2023 Feb 12]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2023 Jan-. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK560538/
コメント