Seguramente has escuchado que las niñas tienen cromosomas XX y los niños cromosomas XY. Parece que sería una regla biológica hasta que un niño decide saltársela. Un niño puede tener dos cromosomas X y, aun así, ser varón. Puede que no lo creas, pero ya verás que es verdad. En esta ocasión trataremos uno de los síndromes genéticos más comunes, el síndrome de Klinefelter. Esta es una enfermedad genética, donde un niño hereda más de un cromosoma X. Es una patología bastante silenciosa que, incluso, puede no ser totalmente visible hasta que causa problemas. Así que hablemos de cromosomas, desarrollo sexual en un bebé y del síndrome de Klinefelter.
¿Cómo decide un futuro bebé ser niño o niña?
Qué hace a un niño, un niño, o a una niña, una niña; es todo un tema de debate, más hoy en día. Desde una perspectiva celular y biológica, la respuesta se encuentra en los cromosomas, aunque puede no ser tan obvia, como veremos. Cualquier libro de biología señalará que las hembras tienen cromosomas XX y los machos XY. Sin embargo, el síndrome de Klinefelter no se apega completamente a la regla, ya que son varones con dos cromosomas X. Inclusive puede haber mujeres con cromosomas XY, genéticamente son señalados como niños, pero por una falla genética, jamás se desarrollan como niños, tienen todos los órganos femeninos, este es el síndrome de Swyer, que revisaremos en otra ocasión.
En realidad, lo que hace que un niño se desarrolle como tal, es la presencia del cromosoma Y. Es la ausencia del cromosoma Y lo que vuelve a un feto en niña y no la presencia de dos cromosomas X. Todos los fetos comienzan con un sistema de gónadas bipotenciales, que quiere decir que pueden volverse en ambos, pueden volverse órganos masculinos o femeninos. El cromosoma Y es el más pequeño de todos, pero tiene bastante poder. En él se encuentra un gen llamado SRY, el cual activa a otros genes para diferenciar los órganos bipotenciales en masculinos. Cuando SRY se activa, las gónadas saben que deben volverse testículos, las células no diferenciadas se transforman en células de Sertoli y Leydig, que son las que viven en los testículos cuidando a los espermatozoides y formando testosterona. Finalmente, las células reproductivas saben que serán espermatozoides y los órganos indiferenciados deben volverse órganos masculinos, como próstata. Los órganos indiferenciados femeninos ya no sirven y se borran casi por completo, en el testículo se encuentra un diminuto pedacito de lo que eran esos órganos femeninos denominado apéndice de Morgagni. Ese remanente puede incluso torcerse y darle un buen susto a los padres, creyendo que los testículos se han torcido, y un buen disgusto a un niño por tener dolor y verse en la necesidad de avisar que algo va mal ahí abajo.
El cromosoma Y con el gen SRY les avisa a las gónadas que se vuelvan testículos, a los órganos indiferenciados en órganos masculinos y los órganos indiferenciados femeninos se borran.
Entonces, la regla en realidad no tiene que ver con la cantidad de cromosomas X, sino con la presencia de un cromosoma Y. Por ello, los niños pueden tener dos cromosomas X y si tienen uno Y, igual son niños. En realidad, podrías tener mil cromosomas X, mientras exista un Y, se desarrollará un niño.
¿Qué sucede en el síndrome de Klinefelter?
Hablemos ahora un poquito del síndrome de Klinefelter y por qué ocurre. Cada especie de animales tiene un número determinado de cromosomas, nosotros, los humanos, tenemos 46. Sin embargo, a veces se pierden o se ganan cromosomas, esto es conocido como una aneuploidía. Obviamente, la persona sigue siendo humana porque tiene ADN humano, pero carga con información extra o menor. Es como si un libro trajera una hoja repetida, es el mismo libro, pero carga con información errónea. La mayoría de las aneuploidías no son compatibles con la vida y dan como resultado abortos. Puedes leer sobre el tema aquí. No obstante, varias son compatibles y causan síndromes genéticos. El síndrome de Klinefelter es una aneuploidía donde la persona gana un cromosoma X, bueno suele ser solamente uno, pero hay casos donde gana dos e incluso tres para formar un niño con cromosomas XXXXY. Sin embargo, lo más común es sólo ganar uno y ser XXY.
Las aneuploidías son sucesos usualmente desencadenados por mala fortuna, son aleatorios. Algunos pueden ser heredables, aun así, la mayoría suelen ocurrir al azar, le puede pasar a cualquier pareja. A nivel celular, lo que sucede es que alguna célula reproductiva realiza mal su trabajo. Todas nuestras células tienen 46 cromosomas. No obstante, las células reproductivas (espermatozoides y óvulos) deben contener solamente 23 cromosomas. De lo contrario, cada generación tendría el doble de material genético y eso no va con la vida, sería un desperdicio de recursos en material genético. Para que los nuevos bebés tengan, igual que sus padres, 46 cromosomas, las células reproductivas deben perder cromosomas, en realidad, es compartir y no perder.
Aquí puedes observar los cromosomas de alguien con síndrome de Klinefelter. Nota que van en pares excepto el último, ahí hay tres cromosomas, dos X y uno Y. Esto sucede de manera azarosa y es un error en la división celular.
Las células madre reproductivas tienen 46 cromosomas y para terminar con 23 cromosomas efectúan un proceso conocido como meiosis. La meiosis I genera dos células hijas con 46 cromosomas. El trabajo en la meiosis I no es separar cromosomas, sino mezclarlos para que exista variabilidad genética y no seamos clones. La meiosis II sí separa cromosomas y genera 4 células con 23 cromosomas. Sucede que a veces, una célula se equivoca y no comparte bien, así que una célula se va con 24 cromosomas y otra con 22. Para el síndrome de Klinefelter, la célula reproductora que forma al nuevo bebé cuenta con 24 cromosomas.
Síntomas del síndrome de Klinefelter
El síndrome de Klinefelter es de las enfermedades más variables. Aunque se calcula que 1 de cada 600 bebés tiene Klinefelter, se cree que es más frecuente que esa cifra. Hay personas que nacen y son rápidamente diagnosticadas por tener órganos sexuales mal diferenciados o ambigüedad genital. Sin embargo, un gran grupo puede pasar toda una vida sin saber que tienen un síndrome genético. Como regla general, mientras más cromosomas X hay, más síntomas se tienen. No obstante, una considerable cantidad de hombres con Klinefelter no descubrirán su enfermedad hasta la adultez o nunca.
La primera pregunta que habitualmente viene a la mente en los padres es respecto a la discapacidad mental. Se solía decir que los hombres con Klinefelter eran menos inteligentes, pero hay tanta variabilidad que es difícil establecerlo como regla. Se dice que por cada cromosoma X extra, se pierden 15 puntos de IQ. A pesar de ello, no suelen tener discapacidad mental y llevan vidas y trabajos normales. Frecuentemente se describían como más violentos e hiperactivos que los niños sin anormalidades cromosómicas, pero estudios más recientes señalan que en comportamientos y psicología normalmente están en la media, son completamente normales. Sin embargo, la depresión, aislamiento y timidez son comunes y en gran parte tiene que ver con la autoimagen.
Los niños con Klinefelter son más altos que la media, pero tienden a tener ciertas características que les incomodan, sobre todo en la adolescencia. Habitualmente tienen penes más cortos, testículos más pequeños, poco vello y una distribución de cadera más ginecoide, como la de una mujer. También suelen presentar ginecomastia, que es cuando a un hombre le crecen los pechos. Algunos son diagnosticados en la adolescencia por falta del desarrollo de la pubertad, ya que producen pocas hormonas. Por esto, generalmente presentan depresión, timidez y se suelen aislar; más en la adolescencia.
La adolescencia suele ser un momento difícil para los niños con síndrome de Klinefelter por problemas en el desarrollo de caracteres sexuales masculinos, el retraso de la pubertad o la falta de ésta. Sin embargo, gran parte no son diagnosticados.
Cuando ya son hombres, es cuando posiblemente se diagnostiquen con síndrome de Klinefelter. Esto es porque generalmente son infértiles. La presencia del cromosoma X de más causa que los testículos se atrofien y sean reemplazados por una cicatriz. Tienen testículos, pero no funcionan de manera óptima. De nuevo, es una escala, hay hombres con Klinefelter que sí producen esperma, otros un poco, esto es llamado azoospermia; y unos más que no producen nada. Cuando la pareja decide ir al médico a investigar y se hacen pruebas genéticas, el hombre se diagnóstica con Klinefelter y la infertilidad queda explicada.
Fuera de esto, no suelen tener otros problemas de salud. Terapia y testosterona suelen arreglar gran parte de los problemas que presenta un niño o adolescente con síndrome de Klinefelter. Cabe mencionar que existe la posibilidad de presentar enfermedades que están más asociadas a la mujer, como osteoporosis. También es importante que se les revise el pecho, ya que tienen mayor riesgo de padecer cáncer de mama y, por ser hombres, no ser detectado a tiempo.
Cada vez se detecta de manera más temprana el síndrome de Klinefelter porque hoy en día se hacen diagnósticos prenatales. La prueba NIPT utiliza sangre de la madre embarazada para evaluar el riesgo de que el futuro bebé tenga síndrome de Klinefelter o alguna otra aneuploidía. Es una técnica segura y sencilla. Con diagnósticos más tempranos, el genetista y pediatra pueden dar tratamientos de forma temprana y evitar ciertos problemas. Un tratamiento temprano permite que los niños reciban terapia y que no pasen vergüenza y baja autoimagen en la adolescencia, al menos no más de la que pasamos todos. Nanocare te ofrece el estudio NIPT para que lleves un embarazo más tranquilo. De la misma manera, pone a tu disposición a un genetista para que te acompañe y apoye.
La prueba NIPT permite evaluar riesgos de forma segura y cómoda para tener diagnósticos y tratamientos más tempranos, que posibiliten corregir problemas mucho más fácilmente.
Referencias
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